Sarcoidosis: una enfermedad poco frecuente que puede provocar daño en varios órganos del cuerpo

Sarcoidosis: una enfermedad poco frecuente que puede provocar daño en varios órganos del cuerpo

El 13 de abril se conmemoró el Día de la Conciencia de la Sarcoidosis que busca informar a la población mundial sobre una enfermedad rara y poco frecuente, que afecta al sistema inmunológico.

La sarcoidosis es una enfermedad caracterizada por el crecimiento de pequeñas acumulaciones de células inflamatorias en cualquier parte del cuerpo, con más frecuencia en los pulmones y en los ganglios linfáticos aunque también puede afectar otros órganos.

Suele aparecer entre los 20 y los 60 años, y se cree que las mujeres son levemente más propensas a desarrollar esta enfermedad. Por otra parte, si existen antecedentes familiares hay más probabilidad de desarrollarla. Si bien se desconoce su causa, puede generarse por la respuesta del sistema inmunitario del cuerpo a una sustancia desconocida como agentes infecciosos, productos químicos, o una reacción anormal a las propias proteínas del cuerpo.

Existen dos tipos de síntomas y se pueden dividir entre generales o asociados al órgano afectado. En el caso de los primeros, produce fatiga, ganglios linfáticos inflamados, pérdida de peso, e incluso dolor e inflamación en las articulaciones. También puede afectar a los pulmones, generar síntomas cutáneos, afectar los ojos o manifestarse a través de signos cardíacos.

“La sarcoidosis puede afectar otros sistemas como el metabolismo del calcio, el sistema nervioso, el hígado y el bazo, los músculos, los huesos y las articulaciones, los riñones, los ganglios linfáticos o cualquier otro órgano”, agregan Verónica Bramajo y María Mercedes López, médicas clínicas de DIM CENTROS DE SALUD.

La mayoría de las personas evolucionan muy bien sin tratamiento o solo con un tratamiento simple. Puede resultar difícil diagnosticar debido a que suele ser una enfermedad que produce pocos síntomas y cuando se manifiestan, tienden a ser similares a los de otros trastornos. Por eso, se pueden realizar desde análisis de sangre y orina, hasta estudios más puntuales como electrocardiogramas, análisis de la función del pulmón, examen ocular, entre otros.

La gravedad y el alcance de la afección determinarán si se requiere tratamiento y qué tipo. Si los síntomas son graves o si la función del órgano se ve amenazada, probablemente se necesiten medicamentos. Dependiendo de las complicaciones, se pueden recomendar otros tratamientos como fisioterapia para reducir la fatiga y mejorar la fuerza muscular, rehabilitación pulmonar para disminuir los síntomas respiratorios, y/o marcapasos o desfibrilador cardíaco implantado para las arritmias cardíacas.

Con el asesoramiento de las doctoras Verónica Bramajo  (MN 97448 / MP 333764) y María Mercedes López (MN 97453 / MP 333760), médicas clínicas de DIM CENTROS DE SALUD.

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