13 de Junio: Día Mundial del Cáncer de Piel

La detección a tiempo permite un mejor tratamiento de esta enfermedad de la que cada año se diagnostican más casos

Las quemaduras térmicas, las cicatrices de más de 20 años, las úlceras crónicas y el consumo de tabaco son los principales factores de riesgo que pueden disparar un caso de cáncer de piel. Especialistas del Hospital de Clínicas “José de San Martín” resaltan la importancia de controlar la piel en forma periódica, para detectar a través de la misma, lesiones tempranas que permitan hacer un tratamiento oportuno y efectivo.

El cáncer de piel puede ser originado por las células de la epidermis (los queratinocitos), esto es conocido como cáncer de piel no melanoma, que es el tipo de cáncer más frecuente; o puede originarse en los melanocitos (melanoma), siendo éste el más agresivo de los cánceres cutáneos. “El melanoma es mucho menos común que el cáncer de piel no-melanoma, pero más agresivo que éstos. Si bien sólo el 5% de los cánceres de piel son melanomas, ocasionan el 90% de todas las muertes por cáncer cutáneo en el mundo”, alerta Graciela Manzur, jefa de la División Dermatología del Hospital de Clínicas.

Los rayos UV causan daño a las células de la piel, en especial al ADN de las mismas, induciendo la aparición y acumulación de mutaciones. “En forma inmediata, este daño se evidencia como una quemadura solar, que es una reacción inflamatoria aguda producto de éste daño. En forma crónica el bronceado también es una señal de daño al ADN, ya que el mismo es una respuesta adaptativa de protección de la piel a la agresión persistente de la radiación UV; provocando que la misma genere más melanina como forma de crear un “escudo” protector alrededor del núcleo de las células. El daño acumulado causa cambios en la textura de la piel, envejecimiento prematuro y en ocasiones cáncer de piel. Los rayos UV también se han vinculado a afecciones oculares como las cataratas”, destaca Manzur.

“Los pacientes con mayor riesgo son aquellos que tienen un fototipo 1 – 2, que son los que tienen piel blanca, son rubios o pelirrojos y que al tomar sol se ponen rojos con facilidad y nunca se broncean. Aquellas personas que han tenido quemaduras solares en la infancia, los que trabajan al aire libre, los que tienen familiares cercanos con cáncer de piel (si hay familiares con melanoma aumenta 18 veces más la posibilidad de tener cáncer), los que tienen enfermedades genéticas que predisponen a la aparición de cáncer cutáneo tienen que tener especial cuidado. Es muy importante resaltar el antecedente de quemaduras solares en la infancia – adolescencia, que constituye también un riesgo para desarrollar cáncer de piel más adelante en la vida, ya que el daño solar es acumulativo”, sostiene la experta.

A nivel mundial, se estima que 324.635 personas serán diagnosticadas con melanoma en 2022 (American Society of Clinical Oncology (ASCO). “En nuestro Servicio de Dermatología en el año 2019 se vieron cerca de 400 casos. Con la pandemia hubo disminución de consultas y esto llevó a una falsa disminución en el número, que ahora con la presencialidad nuevamente estamos superando esta cifra”, comenta Manzur.

La cantidad de cánceres de piel no melanomas ha ido aumentando por varios años. Esto se debe probablemente a una detección más temprana de la enfermedad, a un aumento de la exposición solar y a una mayor esperanza de vida. Alrededor del 80% de los cánceres de piel no melanomas son carcinomas de células basales.

“Es importante controlar la piel en forma periódica, para detectar a través de la misma, lesiones tempranas que permitan hacer un tratamiento oportuno y curativo. Todo el Servicio de Dermatología del Hospital de Clínicas está abocado a la detección temprana del cáncer de piel o de lesiones precursoras, y contamos con el Consultorio Especializado en Oncología Cutánea para dar respuesta rápida y efectiva a ésta problemática, preparado para indicar el mejor tratamiento individualizado en casos avanzados”, concluye Manzur.

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