Dejar de fumar tabaco y productos asociados con la nicotina son claves para evitar desarrollar enfermedades coronarias

Por Dr. Miguel Carlos Sangiovanni
Máster en Hipertensión Arterial y Mecánica Vascular de DIM CENTROS DE SALUD
M.N. 78.412 // M.P. 222789

El Tabaquismo es una enfermedad epidémica de características adictivas que se relaciona con innumerables trastornos en la Salud Pública con un rol protagónico en la Enfermedad Cardiovascular, especialmente a partir de los conocimientos sobre su relación directa con el proceso ateroesclerótico y como desencadenante de eventos agudos cardiovasculares con una altísima prevalencia en la República Argentina, estimada en un 35%. Se destaca además, porque es un factor de riesgo para cáncer, enfermedad coronaria y cerebrovascular, complicaciones del embarazo, y enfermedad pulmonar obstructiva crónica.

Se trata de uno de los más importantes factores de riesgo para el desarrollo de enfermedad coronaria, que hace que Estados y responsables de la salud, se ocupen en fomentar estrategias de motivación y tratamiento hacia los pacientes para su abandono precoz.

Los resultados obtenidos en diferentes estudios científicos demostraron asociación entre tabaquismo y disfunción endotelial y los cambios en la estructura vascular en quienes consumen tabaco.

El riesgo de padecer eventos cardiovasculares aumenta entre 3 a 7 veces respecto a la población que no fuma.

El consumo de tabaco se extiende al mundo entero, afectando tanto a países de bajos ingresos como a los más ricos e industrializados.

1.300.000.000 de tabaquistas activos someten a muchos más pasivos al consumo no voluntario. Así, se estima que el tabaquismo pasivo causa el 10% de muerte y enfermedad relacionada a este vicio.

Lo que sostiene la adicción es la Nicotina, que es el principal alcaloide del tabaco. Se sintetiza en la raíz y se concentra en las hojas de la planta. La cantidad de nicotina cambia según la variedad y tipo de tabaco y la cantidad de alcaloide cambia según la manera que se trata el tabaco después de la cosecha.

Pero la dependencia a este vicio es triple, constituido por:

  1. Dependencia Social: en relación al inicio del consumo. Factores relacionados con el grupo de pertenencia, el proceso madurativo en la adolescencia, etc., condicionan el inicio y por algún tiempo su continuidad.
  2. Dependencia Psicológica: se trata sobre la relación de ?amistad? con el cigarrillo, el lugar que ocupa en la actividad cotidiana y la necesidad de tener al alcance el paquete teniendo esa sensación de imposibilidad de realizar las actividades sin su presencia cercana. Esta dependencia en lo conductual y lo gestual es la que se lleva la mayor parte de la dependencia.
  3. Dependencia Química o Física: definida por la Nicotina, sobre la cual actúan algunos fármacos como el Bupropion, los sustitutos de nicotina y más actualmente el Varenicline, cuya finalidad es bloquear la abstinencia que genera el momento del abandono. 

El camino de la cesación tabáquica es de por vida y el reto es importante y si no se lo encara en forma integrada tratando estos tres aspectos conjuntamente, la recaída está a la vuelta de la esquina.

Cambiar hábitos no es fácil. Vivimos acelerados, con preocupaciones personales, familiares y sociales que por momentos nos agobian y hacen perder la brújula de nuestra vida y no nos damos cuenta que el único vehículo con que contamos para transitar el camino de nuestras vidas es nuestro cuerpo al que poco y nada le damos de nuestros días para cuidarlo y conservarlo.

Solamente con educación, aprendiendo, interiorizándonos sobre éstos temas podemos lograr mantener en el tiempo los cambios y crear naturalmente el hábito de comer sano, saber cuándo y cómo darnos un gusto, gozar de la sensación de plenitud física y mantenernos libres de la adicción tabáquica.

Recobrar la ?armonía? con el medio, con nuestras obligaciones diarias, nuestras familias, en el trabajo y relaciones de todo tipo y por encima de todo con ?nosotros mismos? nos ayudará a tener una sana relación con nuestro cuerpo logrando mejorar y recobrar nuestra salud física, psíquica y espiritual.

Ocuparse con responsabilidad del propio bienestar es la base para obtener logros en nuestras aspiraciones personales, laborales y afectivas.

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