S.O.S. Caballito en defensa de los derechos colectivos
A través de un comunicado de prensa, el colectivo de vecinos S.O.S. Caballito, informó que presentó ante la Comisión Nacional de Monumentos, Lugares y Bienes Históricos una solicitud de declaración como “sitio histórico” del inmueble del ex Colegio Santa Rosa ubicado, como (casi) todos ustedes saben, en las calle Rosario 638 y Pasaje San Ireneo 154 y Guayaquil 427 y 437 de la Ciudad de Buenos Aires.
“En este lugar funcionó, desde 1901 hasta 2012, el Colegio Santa Rosa, establecimiento educativo de gestión privada. Entendemos que reconocer su valor patrimonial, material e inmaterial, constituye memoria por representar en un bien, simbólicamente, parte de la identidad del barrio”.
“Hicimos este pedido en defensa de los derechos colectivos y del paisaje urbano, asumiendo nuestro derecho a intervenir como ciudadanos ante el actual proceso de destrucción de la memoria construida, y agresión al espacio público. Apoyados tanto en disposiciones de las Constituciones Nacional y de la Ciudad que disponen el mandato de velar por el patrimonio y el medio ambiente, como en la ley 1227 de defensa del patrimonio porteño, identidad y memoria colectivas. Y, también, en definiciones como la de Maurice Halbwachs en su obra “Memoria colectiva”: “Junto a una historia escrita se encuentra una historia viva que se perpetúa a través del tiempo”.
“El edifico del ex Santa Rosa tiene un indudable valor histórico, testimonial y, además, valores urbanísticos y arquitectónicos habitualmente aplicados para la definición de “patrimonial”: i) cualidades para definir el paisaje urbano o el espacio público; ii) calidad de estilo, composición, materiales y coherencia tipológica; iii) elementos testimoniales de una organización social o forma de vida que configuran la memoria histórica colectiva y un uso social actual; y iv) características de calidad en cuanto a los aspectos técnicos constructivos y el diseño del edificio. Ubicado en el eje de una manzana, cortada en dos por el pasaje San Ireneo, su añosa arboleda conforma un jardín histórico. Entre el volumen bajo del edificio, el pasaje y el jardín se genera una especie de remanso, con un espacio verde, en medio de la polución ambiental, en una zona que es un claro ejemplo de excesiva densidad de torres de viviendas y tránsito vehicular.”
Los parámetros comentados se expresan, claramente, en la parte antigua del edificio pero también en la más moderna, por la adecuación volumétrica lograda con la construcción original y por el respeto al espacio público definido por el pasaje San Ireneo.
Haciendo una muy abreviada historia, el Colegio Santa Rosa fue creado en 1901, como parte de su importante tarea misionera en América, por Francisca Javiera Cabrini (1850-1917), canonizada en 1946.
El primer documento de construcción data, según los registros, de 1910, apareciendo, como titular del terreno, Carolina Cambieri. El proyecto es del Ing. Benito Spinedi y de la obra se encargó José Trabucco. Ese edificio original fue, posteriormente, varias veces actualizado y ampliado. La última en 1969.
Como cuenta con adecuados espacios educativos en sus más de 5000m2 cubiertos, en 2013 la Escuela Normal N°4 inició trámites ante el Ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires reclamando que el edificio, ya vacío, fuese utilizado para dar lugar al Liceo N°2, con el que aún comparte, sus instalaciones, dificultándose la extensión de horarios de ambas instituciones para actividades relacionadas con el proyecto de la Nueva Escuela Secundaria (NES). Esto sumado a la falta de vacantes en escuelas públicas de nivel maternal e inicial en el barrio que, también, podrían abrirse en el lugar.
El vecindario asumió la situación y generó un movimiento que, con la consigna ¡Escuela Sí, Torres No!, aún mantiene su reclamo con fuerza, habiendo logrado la presentación en la Legislatura de varios proyectos de ley para su aprovechamiento como escuela pública.
En la presentación ante la Comisión también expusimos el sentido de pertenencia que tiene Caballito con este edificio. En sus más de 110 años de actividad, el Colegio Santa Rosa albergó varias generaciones de alumnos y docentes, en su mayoría vecinos del barrio, dando lugar a una fuerte comunidad educativa, que se reconoce a lo largo del tiempo y se puso de manifiesto cuando trató de evitar el cierre de la institución, a lo largo de seis largos años.
Esta pertenencia volvió a cobrar relevancia cuando, en 2016, se tomó conocimiento de un proyecto de demolición del Colegio para construir varios edificios en altura. Esto provocaría la desaparición de este hito urbano y la densificación poblacional, edilicia y vehicular, más del colapso de los servicios en la zona, afectando la calidad de vida de todos. Esto provocó la inmediata reacción, que aún se sostiene, de vecinos, agrupaciones barriales y el mismo Consejo Consultivo de la Comuna 6, contra ese proyecto.
El patrimonio es algo activo, se construye, no se posee ni está dado por objetos aislados, sino que los bienes y su entorno conforman un conjunto inescindible. Así, este edificio notable, también es muestra del abanico de intervenciones sostenidas en Caballito dando cuenta de una mirada opuesta al olvido histórico y patrimonial y a la perdida de referencias simbólicas. De lograrse, la declaración como sitio histórico, por su valor testimonial, social y arquitectónico, permitirá consolidar un espacio reconocible, muy querido y reclamado por y para todos aquellos que vivimos y transitamos cotidianamente el barrio.
“La idea del patrimonio como proceso cultural permite una apertura de la mirada crítica y facilita un examen de las consecuencias de definir algo como patrimonio. Permite la posibilidad de comprender no sólo lo que ha sido recordado, sino también lo que ha sido olvidado y por qué ha sido olvidado”. (Laurajane Smith)
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