La feria minorista del Mercado Central se afianza como una alternativa para el ahorro

La feria minorista del Mercado Central se afianza como una alternativa para el ahorro

Por Nahuel Londeix – Pese a ser vinculado con el comercio al por mayor, el Mercado Central de Buenos Aires cuenta con un espacio minorista visitado diariamente por miles de personas, quienes destacan tanto los precios como la calidad de las frutas, verduras, carnes y productos de almacén que se ofrecen. (Télam) – (Foto: Leo Vaca)

Télam realizó una recorrida por el mercado concentrador a mediados de la última semana para dialogar con consumidores y puesteros.

“Son muy convenientes los precios. Vivo en Olivos, pero como siempre tengo que venir para esta zona, aprovecho y es una diferencia”, dijo a Télam Elisa, quien empieza a llenar su carrito en el medio de un corredor donde, a la vieja usanza, los consumidores se agolpan a comprar frutas y verduras en los diversos puestos.

Techada en su totalidad, la feria minorista del Mercado Central cuenta con una superficie de 34.000 metros cuadrados, con locales de venta de carne, indumentaria, productos de almacén y herboristería.

“Los precios son más bajos. Por lo menos en un 20% o un 30%. Vengo una vez al mes y compro frutas, verduras, queso y pollo”, cuenta Jorge a Télam; mientras que Matías, otro consumidor que fue de compras acompañado por su hijo, también valora lo “económico” que son los precios.

“Si acá gastamos $5.000, en el barrio cuesta entre $ 7.000 y $ 8.000. Venimos en auto y hacemos la compra una vez por mes. Siempre tratamos de comprar en el mismo lugar, a uno o a dos puesteros que vimos que son los más económicos”, agregó.

(Foto: Leo Vaca)

Del otro lado del mostrador, Francisco es uno de los vendedores con más experiencia, ofreciendo sus productos prácticamente desde sus comienzos, en la década del ’80, cuando la feria minorista se puso en marcha a la par del mercado mayorista.

“Es mucho más barato porque nosotros compramos directamente al productor al por mayor, y sale más barato. Una manzana elegida fuera (del mercado) puede valer de $ 1.080 a $ 1.500, y acá se consigue con $ 600 o $ 700 como máximo”, precisó el vendedor sobre los motivos de los menores valores.

Muchos se trasladan en auto, otros en colectivo y una importante cantidad lo hace a través de micros que ponen los municipios de la zona para que viajen los vecinos.

Silvia utiliza este último servicio para visitar el mercado cada 15 días a través de micros que organiza el Municipio de Esteban Echeverría, lo que facilita el traslado de los bultos, un punto que suele ser un inconveniente a la hora de elegir el Mercado Central para las compras.

“Es conveniente porque es mucha la diferencia en frutas, verduras y también lácteos. Más allá de la diferencia, los precios ahora los veo un poco más estancados que el mes pasado y esperemos que siga así”, dijo Silvia a Télam.

Aníbal Stella, presidente del Mercado Central desde abril de este año y con experiencia en el pasado en la titularidad del centro de abastecimiento, destacó a Télam que, entre los espacios minorista y mayorista, “entran diariamente alrededor de 30.000 personas”, entre “productores y consumidores”.

Los fines de semana, los días de mayor afluencia, la feria minorista cuenta con 50 puestos de frutas y verduras, 300 de “polirubro” que se suman a los 80 locales comerciales fijos.

Aceptando que el modelo de mercado concentrador hoy en día se ve impactado por la tendencia hacia la proximidad, Stella señaló que el Mercado Central tiene que seguir buscando su objetivo de “preservar el poder adquisitivo del salario” al continuar abasteciendo el comercio minorista.

“El mercado representa la posibilidad de ser una polea de transmisión tanto de las economías regionales porque gran parte de su producción pasa por acá”, indica el dirigente, quien subraya la “transparencia” de precios del lugar, funcionando bajo las leyes de la oferta y la demanda y “sin la variación que tiene la especulación financiera”.

Hacia el futuro, el titular del Mercado Central apuntó hacia la posibilidad de afianzar la “multimodalidad” del ingreso y egreso de mercadería hacia el establecimiento.

Si bien actualmente el acceso se realiza exclusivamente a través del transporte automotor, Stella recordó que el establecimiento posee conexión con el ferrocarril y por vía fluvial, con el Rio Matanza-Riachuelo.

“Necesitamos que el desarrollo ferroviario se dé en Argentina para que permita la llegada de la producción de las economías regionales. Si hay un lugar que puede ser un centro multimodal perfecto para productos frescos y no perecederos es este”, manifestó.

Por último, Stella expresó la “posibilidad” de que se “industrialice el exceso de alimentos”, que actualmente se utiliza tanto para fertilizantes como para su uso en comedores sociales.

“Sería un proceso que requeriría un esfuerzo de encausamiento del Estado pero que dependerá de la iniciativa privada”, concluyó.

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