“Tenemos mucho que aprender de Argentina”, dijo la subdirectora del CDC de Estados Unidos

De visita en el país

Houry se reunió con la ministra de Salud, Carla Vizzotti, y conversaron sobre el programa de inmunización infantil, entre otros temas – Foto: Victoria Egurza.

Visiblemente contenta por el trabajo conjunto que están realizando ambos países, la funcionaria de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades estadounidenses, Debra Houry, enfatizó en diálogo con Télam la importancia de “mejorar la vigilancia y la colaboración entre naciones”. Por Natalia Concina

De paso por Argentina, adonde llegó junto a la delegación de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, Debra Houry, subdirectora interina del organismo, aseguró a Télam que la “Covid-19 enseñó que un virus no es específico de un país” y enfatizó la importancia de “mejorar la vigilancia y la colaboración entre naciones”.

Expresidenta de la Sociedad para la Medicina Académica de Emergencia y la Sociedad para el Avance de la Investigación de la Violencia y las Lesiones de Estados Unidos, Houry trabajó desde la salud pública en problemáticas como lesiones, sobredosis y violencia y temáticas vinculadas a salud mental.

Visiblemente contenta por el trabajo conjunto que están realizando con Argentina, la funcionaria de la CDC se hizo un lugar en su ajustada agenda diplomática y recibió a Télam para dialogar sobre la visita, pero también acerca de otros tópicos urgentes e importantes.

– ¿Cuál es el objetivo de la visita de los CDC a la Argentina?
– En los CDC tenemos plataformas regionales: Europa del Este, Sudeste Asiático, Medio Oriente y Norte de África y ésta que es la que corresponde a Sudamérica, cuya sede está en Brasil. El objetivo es trabajar en conjunto para detectar cualquier amenaza de salud pública que exista y evitar que se expanda al resto de las regiones. Durante las reuniones con la ministra (de Salud, Carla) Vizzotti hablamos de la Covid-19, del programa de inmunización infantil, de la resistencia antimicrobiana y de la Legionella.

“Tenemos mucho que aprender de Argentina, en relación a su nueva ley y a la emisión de recetas electrónicas y también nos resulta interesante la coordinación que está haciendo con las provincias y trabajar con el laboratorio de referencia nacional”

– ¿Esta política de vigilancia conjunto es producto de la Covid-19 o era previa?
– Estaba la idea de hacer este trabajo conjunto pero recién estaba proyectado para comenzar en 2020 y nos agarró la pandemia; la idea surgió a partir de otras enfermedades previas como el Ébola, Mers, otros Sars y Zika, entre otras. La pandemia lo que hizo fue acelerar los tiempos de la implementación y, por supuesto, poner de relieve la necesidad e importancia de este trabajo. Por ejemplo, frente a este brote de Legionella que atraviesa la Argentina, nosotros podemos trabajar juntos y colaborar para determinar primero cuál es el patógeno y una vez que lo tengamos cuáles tienen que ser las respuesta y cómo trabajar. Por si no hubiera sido Legionella y hubiera sido un virus respiratorio nuevo el trabajo conjunto también nos hubiera permitido comenzar mucho más rápido con la prevención. Lo que aprendimos con la Covid es que un virus puede no ser específico de un país, porque puede surgir en Argentina y saltar a Brasil y así expandirse por todo el mundo. Entonces, es muy importante fortalecer los sistemas de vigilancia.

– También estamos atravesando otra emergencia sanitaria por la viruela del mono.
– Lo que estamos haciendo con viruela del mono es lo que hacemos para todas estas enfermedades: vigilancia, detección, vacunación, tratamiento en aquellos que la adquirieron y prevención, es decir, identificar quienes están en riesgo y dejar claro cuáles son las medidas para evitar el contagio. Es lo mismo con cualquier enfermedad infecciosa: la idea es detectar, responder y prevenir.

– ¿Cuáles serían los problemas de salud pública más urgentes a nivel mundial?
– Son muchos. Por supuesto que el primero sigue siendo Covid-19. En Estados Unidos tenemos muchos problemas con las sobredosis; y en el mundo hay otras enfermedades infecciosas como sarampión y polio que están volviendo. Si pensamos en las distintas fases de la vida, la hipertensión y la diabetes son un problema muy común entre las personas mayores. El tema de la resistencia antimicrobiana también es un problema a nivel mundial. Hoy le contaba a la ministra (Vizzotti) que hace 25 años tuvimos una paciente que se murió porque no encontramos el antibiótico capaz de controlar el microorganismo que tenía. En este tema es muy importante la investigación del organismo y pensar que con eso salvamos vidas. En este sentido tenemos mucho que aprender de Argentina, en relación a su nueva ley y a la emisión de recetas electrónicas y también nos resulta interesante la coordinación que está haciendo con las provincias y trabajar con el laboratorio de referencia nacional.

Foto: Victoria Egurza.

– ¿Qué aprendizajes deja Covid?
– Una de las cosas que nos dimos cuenta es que necesitamos datos, información para hacer trazabilidad de los virus y actuar más rápidamente para responder. Como humanidad también aprendimos que había que hacer distanciamiento social pero ese distanciamiento nos llevó al aislamiento social y en algunos casos al incremento de los problemas mentales. Covid tuvo un impacto en las personas más vulnerables, pero no sólo físico sino también en la salud mental. Aprendimos que es imprescindible generar redes de contención y soporte para aquellos que están en mayor riesgo. En relación a las vacunas, también tenemos algo que aprender de Argentina porque las vacunas han tenido una aceptación muy grande. Argentina tiene una tasa de vacunación alta en general, no sólo para Covid sino también para polio y sarampión.

– Mencionaba el impacto sobre la salud mental, los CDC tiene algunos estudios al respecto…
– Sí, hemos visto un aumento en todas las problemáticas de salud mental. Ahora estamos volviendo a los niveles pre pandemia, pero hay una afectación en la salud mental que permanece en la población joven. Lo importante es comprender que los problemas de salud mental existían antes de Covid y lo que hizo Covid fue empeorarlos o exacerbarlos.

Advertencia por la desigualdad de género y la pobreza, y elogios a la Ley de los 1.000 Días

La desigualdad de género y la falta de acceso a derechos básicos como educación o salud generados por la pobreza son dos causas de violencia a nivel global, indicó en una entrevista con Télam Debra Houry, subdirectora interina de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.

-Las problemáticas de salud pública generadas a partir de la violencia son uno de los temas en los que ha trabajado a lo largo de su vida, ¿se pueden rastrear causas comunes entre los diferentes países y regiones?
-La pobreza puede llevar a un aumento de la violencia, tanto hacia otros como hacia uno mismo. Pero no es por el hecho de ser pobre, sino porque la pobreza limita el acceso a la educación, la salud y al apoyo social.

Otro tema es la exposición a la violencia en la infancia temprana; si un niño o niña está expuesto a violencia porque la sufre o porque la ve, o porque sus padres tienen problemas con drogas o mentales, es más probable que además de convertirse en víctima ese niño sea un perpetrador de violencia.

En ese contexto, es bien interesante la Ley de los 1000 Días de Argentina que además de la vacunación, se encarga de ver cuál es la situación de vida del bebé.

Finalmente el tema de la igualdad de género incide también en la violencia porque en aquellos países donde hay mayor desigualdad de género se genera más violencia doméstica.

-Mencionó el tema de la sobredosis en Estados Unidos. En Argentina y en todo el mundo el consumo problemático de drogas sigue siendo un tema no resuelto. ¿Cuál es su mirada acerca de la estrategia más efectiva?
-Lo primero es evitar que se conviertan en adictos, asegurarnos de que hayan recetas seguras de los medicamentos que pueden utilizarse como drogas, trabajar con las poblaciones infantiles y lo que necesitamos es comprender que así como cuando uno tiene un dolor recibe un tratamiento, las persona que tienen problema de adicción tiene que recibir un tratamiento para evitar que empeoren o muera de sobredosis.

Luego hay que generar políticas de reducción de daños como proveer tratamientos para evitar sobredosis o educar para que no se compartan jeringas. Télam

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