Pesce: “Crecer es la mejor forma de solucionar el problema inflacionario”

El presidente del BCRA aseguró que el nuevo esquema de fijación de política monetaria estará estrechamente ligado a la tasa de interés de títulos que fijen las licitaciones del Tesoro. En una entrevista con Télam, habló de su vínculo con la ministra de Economía, la evolución del tipo de cambio y la necesidad de tener un mercado de capitales local que ayude a calmar la volatilidad económica. Por Alejandro Tejero Vacas – Foto: Victoria Gesualdi.

El presidente del Banco Central (BCRA), Miguel Pesce, aseguró que el nuevo esquema de fijación de política monetaria estará estrechamente ligado a la tasa de interés de títulos que fijen las licitaciones del Tesoro, que será “la referencia de nuestra macroeconomía”, y que defenderá su precio a través de la compra o venta de sus títulos para evitar la volatilidad en el mercado.

“Comienza a tomar relevancia dentro de la política monetaria la tasa de interés de los títulos públicos como la referencia macroeconómica de nuestra economía”, dijo el titular del organismo monetario en una entrevista con Télam.

Decidido a incentivar a que bancos, empresas y ahorristas tomen a la deuda del Tesoro Nacional como el instrumento de inversión seguro y de mayor rendimiento, el BCRA estableció esta semana un nuevo corredor de tasas de interés conformado por las Letras del Tesoro de corto plazo como límite superior del corredor (hoy en un nivel promedio de 67% de TIR), la tasa efectiva anual (TEA) de las Leliq a 28 días (66,5%) como referencia media y la tasa de Pases a un día como límite inferior (de 58,9% de TEA).

El objetivo de esta medida busca dejar en claro que existe un alto nivel de coordinación entre el BCRA y el Ministerio de Economía para fijar la política económica, y que la autoridad monetaria respaldará al Tesoro en sus emisiones de deuda soberana.

El presidente del Banco Central habló de su vínculo con la ministra de Economía, Silvina Batakis, los pasos dados para reestablecer tasas de interés reales positivas después de la pandemia, la evolución del tipo de cambio y la necesidad de tener un mercado de capitales local que ayude a calmar la volatilidad económica

¿Cómo es su vínculo con la ministra Batakis y cómo es la dinámica de trabajo en estos primeros días?
Mi vínculo es muy bueno. Venimos trabajando en el sector público desde hace mucho tiempo y sé de sus capacidades y del trabajo que hizo en la provincia de Buenos Aires. Hemos tenido muchas oportunidades de intercambiar ideas de economía y estoy seguro de que hará un muy buen trabajo.

¿Siente que tomó más protagonismo en los últimos días, con una mayor exposición pública y peso del Banco Central en las decisiones de política económica?
No, no me siento más protagonista. Nuestro protagonismo tiene que ver con la idea que habíamos planteado al comienzo de nuestra gestión: que el Banco Central deje los instrumentos propios de política monetaria (Leliq y Pases) para hacerla a través de operaciones de mercado abierto, con títulos públicos, como hacen todos los bancos centrales del mundo. Ese rol tiene un concepto fundamental, que es que el Banco Central fija una curva de tasa de interés que tiene implícitos precios de los títulos del Tesoro Nacional y defiende esa curva, evitando la volatilidad. Se venía actuando con los títulos a tasa fija y, desde la primera semana de junio, también con los títulos a tasa variable. Dimos el mensaje al mercado de que estábamos actuando sobre todas las curvas de títulos del Gobierno nacional, pero esto era necesario difundirlo. Por eso mi presencia en los medios.

Esa intervención implicó una emisión monetaria para rescatar títulos, luego esterilizada. ¿Cómo manejan el aumento de pasivos?
El Banco Central tiene esterilizado alrededor de 6 billones de pesos a través de las Leliq y de los Pases. Ahora dicen que eso es un problema, que hay que licuarlo con la inflación y no: eso (por el pasivo monetario) es el ahorro de los argentinos, de las familias y de las empresas argentinas, y hay que intentar protegerlo y buscar que se desarrolle el mercado de capitales, para que ese fuerte ahorro se convierta en inversión real. Creo que ahí hay un desafío que debiera estar en la agenda de las políticas de Estado de nuestro país.

Foto Victoria Gesualdi
Foto: Victoria Gesualdi.

¿Cómo combina el objetivo de una tasa de interés positiva con la estabilidad a nivel macro?
Creemos que la tasa de interés tiene un efecto menor sobre la inflación en comparación con otros países, donde el crédito al sector privado representa entre el 100 y el 50 por ciento del producto y una suba de la tasa de interés afecta a la demanda agregada. En la Argentina, el financiamiento al sector privado representa el 8 o 9 por ciento, por lo que los aumentos de tasa no afectan en ese sentido. Lo que nosotros tenemos es un compromiso con el desarrollo del mercado financiero y de capitales local. Es importante, en ese sentido, preservar el valor de los ahorros en pesos, buscando que se conviertan en financiamiento a través del sistema financiero o del mercado de capitales y ahí es donde, para nosotros, tiene un rol importante la tasa de interés. Pasado el momento más difícil de la pandemia, hemos retomado la idea de que las tasas de interés tengan un valor mayor. Hasta ahora, las tasas de referencia con la cual se manejaba el Banco Central eran sus propias tasas de Leliq y Pases. Comienza a tomar relevancia dentro de la política monetaria la tasa de interés de los títulos públicos como la referencia macroeconómica de nuestra economía.

¿El objetivo es que la tasa de interés de plazos fijos le gane a la inflación?
Estamos intentando que la tasa de interés se ubique en el umbral real y ahí, como digo, van a cumplir un rol muy importante también los títulos públicos.

¿Cómo interviene el seguro (put) que se ofreció a los bancos para incentivarlos a que participen activamente en las licitaciones del Tesoro?
No se trata de un seguro, sino que le mostramos al mercado que el Banco Central hace operaciones de mercado abierto para sostener su política monetaria. El Directorio, en la última reunión que tuvimos, definió la curva sobre la cual se va a intervenir, lo cual le resta incertidumbre. Pero, como esta acción es nueva, hemos dispuesto un derivado que es esta posibilidad de que, si alguien (por los bancos) tiene dudas de que el Banco Central va a cumplir su rol, pueda comprar una opción de venta, con el mismo sentido de evitar la volatilidad de los títulos públicos.

¿El BCRA está acelerando la tasa de devaluación para no atrasar el tipo de cambio?
Cuando comenzó a superarse la situación de pandemia cambiamos el paso devaluatorio buscando que el tipo de cambio no pierda en términos reales. Estamos con un tipo de cambio real multilateral competitivo, en niveles apropiados para nuestras exportaciones. Las exportaciones industriales vienen creciendo a una tasa del 30% interanual, lo que demuestra que no hay un problema cambiario en nuestra competitividad. Tenemos que ir graduando el efecto de la devaluación para sostenerla en términos reales y el impacto que esto pueda tener en el proceso inflacionario. Ahí hay un equilibrio que tiene que trabajar el Banco Central.

¿La idea, entonces, es que la devaluación acompañe a la tasa de interés?
Sí, la idea es que vayan de forma coordinada pero lo fundamental es que nuestra economía pueda crecer. Si tenemos restricciones al crecimiento las empresas que producen bienes de consumo masivo no pueden incluir en su presupuestos la posibilidad de ampliar la producción. Crecer es la mejor forma que tenemos de solucionar el problema inflacionario.

Foto Victoria Gesualdi
Foto: Victoria Gesualdi.

“No creemos necesario un ajuste que contraiga la demanda agregada”


El presidente del Banco Central señaló que el aumento del precio de la energía está afectando la capacidad de acumular reservas en el corto plazo, tras lo cual aseguró que no se trata de un problema estructural, “sino que estamos en un momento de transición” que llegará a su fin con el invierno y con la concreción del gasoducto Néstor Kirchner, por lo que afirmó: “no creemos necesario un ajuste que contraiga la demanda agregada ni una devaluación violenta”.

Pesce dijo que la restricción externa y energética que padece la Argentina “desde mediados de la década del 50” y que le impide crecer en forma sostenida, está cambiando gracias al desarrollo de las exportaciones y el potencial de Vaca Muerta y de las energías renovables.

“El problema hoy es de infraestructura y la solución está en el gasoducto Néstor Kirchner, que ya se ha adjudicado la producción de caños y se han abierto los sobres para la obra civil. Así que eso se va a solucionar pero, mientras tanto, tenemos que importar energía”, sostuvo el funcionario.

Según señaló, el problema que enfrentan la Argentina y el mundo es el aumento del precio de la energía que, en comparación con 2021, creció en un 200% y que “tiene un momento especial por el consumo domiciliario de energía en junio, julio y parte de agosto, los meses de invierno”.

“Estamos importando alrededor de 2.000 millones de dólares de energía al mes y el total de importaciones es de 8.000 millones. Si no tuviéramos que importar energía las importaciones estarían en el orden de los 6.000 millones, que es una cifra perfectamente manejable con este nivel de exportaciones”, aseguró Pesce, quien proyectó para 2022 un volumen de exportaciones de US$ 90.000 millones.

Por eso, dijo que “no es un problema estructural, sino un momento de transición donde necesitamos desarrollar la infraestructura para solucionar el problema energético”.

“No creemos necesario un ajuste que contraiga la demanda agregada ni una devaluación violenta, con los efectos que tiene sobre la inflación y la pobreza en nuestro país. Lo que necesitamos es que los importadores financien parte del incremento de su importación este año para poder atravesar esta esta circunstancia, hasta que esté terminado el el gasoducto, que va a ser la la solución definitiva al problema, como en el corto plazo que superemos los meses de alto consumo de gas que son los meses de julio y las primeras semanas de agosto”, remarcó.

En ese sentido, expresó que de momento esta política está “teniendo éxito” ya que se financiaron importaciones por US$ 3.200 millones más que en 2021, y que “todavía hay espacio para que ésta sea la solución de coyuntura al problema que estamos teniendo en el mercado cambiario”.

Por último, señaló que “el Estado tiene que dar una respuesta en la coyuntura en la que se requieren recursos públicos” y que, en ese contexto “los viajes al exterior son una exteriorización de capacidad contributiva”.

“Me parece bien que la AFIP haya incrementado la retención del impuesto a aquellas personas que compran dólares o pagan viajes al exterior”, dijo Pesce sobre la medida que incrementó del 35 al 45% la alícuota del adelanto del Impuesto a las Ganancias para compras con tarjeta en el exterior o de bienes y servicios importados.

Foto Victoria Gesualdi
Foto: Victoria Gesualdi.

Inflación, swap con China y mercado de capitales: objetivos y definiciones del Banco Central


La inflación, el objetivo de desarrollar un mercado de capitales que sirva para canalizar el ahorro en la Argentina y la búsqueda de darle un mayor uso al swap de monedas con China que integran las reservas, son temas clave para el presidente del Banco Central.

Pesce dijo que la tendencia de los argentinos a la dolarización de sus ahorros “no es sólo un problema ligado a la inestabilidad macroeconómica”, sino que “también tiene que ver con el subdesarrollo de nuestro mercado de capitales”.

Necesitamos que la gente con capacidad de ahorro se habitúe a realizar inversiones en el mercado de capitales, como ocurre en todas partes en todas partes del mundo. Que profesionales exitosos, empresarios medianos exitosos y empresas grandes exitosas invierten sus excedentes fundamentalmente en el mercado de capitales”, afirmó el titular del Banco Central.

En ese sentido, agregó: “Hay empresas prestigiosas en Argentina que aún en momentos muy difíciles han cumplido sus obligaciones financieras, y creemos que ellas están en condiciones de realizar colocaciones en el mercado de capitales con la seguridad de su propia tradición”. Aún así, admitió que “hay que trabajar muchísimo, no va a ser un cambio que ocurra de golpe”, pero que es “un desafío que debiera estar en la agenda de las políticas de Estado”.

Consultado sobre el aumento del nivel de precios -que el último Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central proyectó en 76% para 2022- dijo que “no estamos haciendo proyecciones (de inflación)” pero admitió que es un tema que “nos preocupa y nos ocupa”, dados sus “efectos negativos sobre la economía, especialmente en un país que tiene altos índices de pobreza”.

“Estamos en un contexto muy complejo porque la tradición inflacionaria de la Argentina era autóctona y ahora lo que estamos teniendo es un proceso inflacionario global, con shocks que se han presentado a principios del año pasado y a principio de este, expresándose en el aumento de los commodities”, afirmó Pesce.

Señaló que “a una Argentina que venía con altos niveles de inflación desde 2018 y 2019 del orden del 50% anual, se aceleran por estos por estos shocks”, y que “es muy posible que estemos afrontando un cambio en los precios relativos a nivel internacional, con aumento del precio de la energía y de los alimentos”.

“Esto tiene un efecto sobre nuestra economía y, especialmente, sobre los sectores más humildes. Tenemos que encontrar la manera de evitar que eso los los afecte” afirmó. Para hacerlo, dijo que serán claves las obras de infraestructura para que el gas que se produce en Vaca Muerta pueda llegar a las usinas generadoras de energía en Buenos Aires y otros puntos del país. “Yo creo que ahí va a haber una solución de fondo al problema inflacionario”, subrayó Pesce.

Por último, sobre la posibilidad de que los yuanes del swap de monedas con China que integran las reservas internacionales puedan usarse para cancelar intercambios comerciales con empresas de ese país, dijo que “se está trabajando” para ello.

“China tiene un interés en que el yuan se convierta en una moneda global. Ya ha sido incorporada a la canasta de DEG del Fondo Monetario Internacional y la idea es que los exportadores chinos valoran los contratos en yuanes y se pudieran pagar a través del swap”, explicó.

Aún así, admitió que “este proceso está siendo lento” ya que “todas las tradiciones del comercio internacional se mueven lentamente”.

“Entonces, estamos trabajando con el Banco del Pueblo de China para activar el swap sin que este paso previo a que se de la expresión en yuanes del comercio con China”, concluyó. Télam

genteba